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Llegó el verano, y con él, la subida de temperaturas, lo que hace que las personas abran sus ventanas y balcones. También se suelen producir más reuniones entre familia y amigos, ya sea en la calle, en la terraza de algún bar o en el propio domicilio, lo que favorece el ruido y los conflictos vecinales.
Normalmente se suele llegar a un pacto entre las partes: los que quieren descansar y los que se quieren reunir o divertirse, cediendo ambos para que la convivencia sea lo más tranquila posible.
Si no se llega a un acuerdo entre las partes, se debe avisar a la comunidad de vecinos y es ésta la que tiene que tomar cartas en el asunto. La comunidad de vecinos tiene que dirigirse al Ayuntamiento o a la policía para interponer la denuncia correspondiente.
En el caso de que las cosas se compliquen, se acudirá a un abogado o consultoría para recibir el asesoramiento correspondiente y se puede incluso iniciar una vía judicial.
Llegados a este punto habrá: una vía administrativa y una denuncia al Ayuntamiento con la causa del ruido, las horas a las que se produce y las causas. Ante un caso de urgencia, la denuncia se hace dirigiéndose a la policía municipal.
Si después de esto no hay solución, se acudirá a la vía contencioso-administrativa o a la vía judicial civil contra el causante de los ruidos y, por último, a la vía judicial penal si este ruido fuera un riesgo para la salud.
Si necesitas consejo sobre este tema, ¡consúltanos!
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